Duermen en la habitación de su casa. Son las 02:30 de la madrugada de este pasado miércoles, 12 de febrero. Un hombre está en su terraza con una navaja. Está intentando acceder a su casa en el barrio de Hostafrancs, en Barcelona.Lo va a conseguir. Mientras, la central de alarmas les despierta y les previene para que no salgan de la estancia. Aquí empieza el robo con violencia a un matrimonio de octogenarios, a quien llamaremos Ana y Ramon. Duró 20 largos minutos. Acabó con el presunto agresor arrestado y con Ramón herido en una mano.
Ana cuenta a EL PERIÓDICO que pasó miedo cuando se topó con su agresor cara a cara: “Me dijo ‘Dame 1.000 euros o te mato’".A su agresor, con 28 antecedentes, la mayoría por delitos contra el patrimonio, le han detenido, informan fuentes policiales. Ya ha ingresado en prisión.
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El matrimonio, de 80 y 81 años, vive en un dúplex en el barrio de Hostafrancs desde hace 50 años. Son padres de cuatro hijos ya independizados, pero uno de ellos vive puerta con puerta y tiene llaves de la vivienda. Esa noche, Carlos (nombre ficticio) fue clave para que sus padres no sufrieran daños mayores. “La gente de la alarma y mi hijo nos salvaron la vida”, sigue narrando Ana, con muchísima tranquilidad. Para protegerla, su marido recibió un corte en la mano que requirió 8 puntos de sutura. “Intentó coger la navaja y se cortó, había muchísima sangre por todas partes”, cuenta la mujer.
El agresor acumula 28 antecedentes, la mayoría por delitos contra el patrimonio
Los Mossos picaron al timbre
Todo eso ocurrió instantes después de que los Mossos d’Esquadra picaran al timbre desde la calle. Ana y Ramon permanecían inmóviles en la cama y en silencio, sin salir de la habitación, situada en la planta de arriba de su vivienda, tal y como les habían dicho. Se mantuvieron conectados al teléfono con la central de alarmas. “Nos dijeron que habían avisado a los Mossos y que enseguida vendrían”, afirman.
Los Mossos llegaron al lugar y picaron al timbre desde la calle al primer piso, donde vive el matrimonio. Ana quería ir abrir la puerta pero no se atrevía a salir de la habitación. “No entiendo por qué no picaron a otra piso que no fuera el nuestro y así habrían accedido al edificio”, se lamenta.

No obstante, la mujer se armó de valor y decidió ir a abrir la puerta a los Mossos. Ana explica que salió de la estancia y al abrir la puerta de la habitación se encontró de frente al ladrón con la navaja apuntándola. “Justo ahí no hay cámaras y los de la alarma no pudieron verle, fue justo en ese momento cuando me dijo lo de los 1000 euros”, recuerda.La mujer relata que se quedó bloqueada mientras Ramón intentó protegerla. Su marido intentó cogerle la navaja y se cortó la mano: “Salió tanta sangre que empapamos dos toallas y yo me asusté muchísimo”. Ramón cogió un calefactor de bañoy se lo tiró al ladrón, pero este lo recogió y se lo lanzó en contra, sin que el matrimonio resultara herido.
Actitud agresiva
Mientras, su hijo Carlos se despertó al escuchar ruidos y gritos. Salió de su piso para entrar en el de sus padres. “Mi hijo fue clave, porque medió con el ladrón y le dijo que no nos hiciera daño, que le daríamos lo que quisiera”, precisa Ana.
“Mi hijo fue clave, porque medió con el ladrón y le dijo que no nos hiciera dañó”, afirma Ana
Carlos abrió la puerta del piso de sus padres y se encontró en el recibidor de la planta de arriba a su padre “sangrando en la mano derecha y a un hombre de unos 40-50 años con un cuchillo y una actitud agresiva”, dice en su declaración policial, a la que ha tenido acceso este medio. Según consta en la denuncia, el presunto agresor le manifestó en ese momento: “Voy muy drogado y solo quiero 20 euros”.

En un acto de valentía, Ana fue en ese momento a abrir la puerta de la calle a los Mossos. La mujer dice que el ladrón bajó entonces las escaleras del dúplex y se escondió detrás del sofá: “Llegaron los Mossos y él no se dejaba arrestar”, sigue narrando. Finalmente, los agentes le detuvieron y el ladrón les mostró un pasaporte para identificarse. “Los Mossos llamaron a su central para ver si estaba limpio. ¡Y claro que estaba limpio, porque el pasaporte era de mi hijo!”. Presuntamente, el atracador cogió el documento de una de las habitaciones y simuló que era el suyo.
Satisfacción tras el 'shock'
Al presunto ladrón se lo llevaron esposado y a Ramón se lo llevó la ambulancia al hospital para curarle de las heridas en la mano. “Llegamos a casa a las 7 de la mañana bastante en 'shock'”, reconocen.A la pareja le tranquiliza que el atacante esté en prisión. “Llevamos aquí toda la vida y nunca nos había pasado nada igual”, aseguran. Preguntados sobre si pueden dormir tranquilos, destacan que el ladrón ahora "está en la cárcel”.
A la pareja le tranquiliza que el atacante esté en prisión: “Llevamos aquí toda la vida y nunca nos había pasado nada igual”
Durante la entrevista, Ana estaba en casa, junto a su hija hablando de manera sosegada y sin temor. La víctima muestra la galería por donde supuestamente entró el agresor a la vivienda. “Rompió el cristal con nuestra aspiradora Dyson”, enseña.
El agresor es un hombre de 42 años que “habla perfectamente catalán”, señala Ana. El arrestado, Mohamed B.S, cuenta con antecedentes por robos con fuerza y atentado contra la autoridad. En este 2025, el presunto ladrón lleva al menos cuatro detenciones por robos con fuerza, amenazas y atentado a la autoridad, según consta en el atestado policial al que ha tenido acceso este diario.
Los Mossos d’Esquadra han informado de que, en 2024, los delitos por robos con violencia e intimidación en Barcelonabajaron un 9,4% respecto a 2023 y pasaron de 159 a 144 robos en un año. Fuentes policiales comentan que los ladrones entran muchas veces en los domicilios con la intención de hacer robos con fuerza, porque piensan que no hay personas en su interior. Al acceder a la vivienda se ven sorprendidos por sus propietarios. “O bien para garantizar el botín o la huida, acaban agrediendo o intimidando y se acaba convirtiendo en un robo con violencia”, señalan las mismas fuentes.Los autores no suelen pertenecer a grupos especializados.
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